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Al margen de opiniones a favor o en contra del doblaje, está claro que las voces de estos actores nos han acompañado desde siempre, llegando a formar de alguna manera parte de nuestras vidas. La gran mayoría de películas y series que hemos visto desde niños las recordamos con las voces de nuestros propios actores. Por ese motivo me gustaría plantear aquí una cuestión que siempre ha sobrevolado el mundo del doblaje: ¿Deberían los profesionales del doblaje tener un reconocimiento público como actores que son o deben permanecer en el anonimato y pasar desapercibidos?

Homer-Mr+XTradicionalmente se ha incluido en las películas, tras los títulos de crédito, una pantalla en negro con la ficha de doblaje. Hoy en día, en ocasiones ni siquiera ahí aparecen. ¿Dónde quedan por tanto los nombres de todas las personas que han prestado su esfuerzo y su talento para que podamos ver la película en nuestro idioma y a los que hemos estado escuchando durante dos horas? ¿No se les presta reconocimiento porque su labor no es importante? ¿O tal vez es porque nos avergonzamos de doblar las obras extranjeras? Si esto es así, tal vez lo mejor sería dejar de hacerlo.

No deja de resultarme curioso cómo uno puede ver títulos de crédito de 6 minutos en los que aparecen hasta los nombres de la gente que preparó el catering durante el rodaje de la película (quede claro que no tengo nada en contra de esto) y por ningún lado el de el actor español que ha interpretado en nuestro país la voz del mismísimo protagonista, por ejemplo. Entiendo que incluirlo en los créditos es complicado, porque éstos vienen editados desde la productora, pero podría al menos mencionarse el doblaje en las revistas especializadas o en los programas de cine cuando nos hablan de un estreno.

Uno de los argumentos más contundentes a favor del anonimato de los profesionales del doblaje es que si se saca a la palestra su trabajo, estamos poniendo de manifiesto precisamente eso, que las películas y series están dobladas, algo que se pretende evitar desde los orígenes de este oficio. De lo que se trata en última instancia es de que el espactador no sea consciente del doblaje, que simplemente disfrute de la obra en su idioma, sin plantearse nada más.

salas-cine-espana-560x375Otra razón que podría  plantearse por la que los actores (y actrices, por supuesto, que nadie se me ofenda) de doblaje deben permanecer en la sombra, es que el verdadero protagonista es el actor de imagen y no debe asociársele con otro nombre para no restarle importancia o crear confusión en el espectador. Sin embargo, por todos es conocido, por ejemplo, que Constantino Romero es la voz en España de Clint Eastwood y Ramón Langa la de Bruce Willis. Y no creo que por ello, cuando vemos a estos actores en una película nadie diga algo como: «¡Eh, mira, si el que habla no es Clint Eastwood, es el tío que presentaba El Tiempo es Oro».

Me gustaría que dejáseis comentarios y poder conocer vuestra opinión sobre si los actores de doblaje deberían ser en algún grado reconocidos, dada la amplísima difusión de su trabajo, o si por el contrario deben seguir siendo voces anónimas para el que el doblaje sea algo sutil de lo que el espectador no se dé cuenta.

Como cierre, quiero citar una frase para la reflexión del gran actor y director de doblaje Miguel Ángel Jenner, que podemos encontrar en el documental Voces en Imágenes:

«Como la finalidad profunda de nuestro trabajo es que se nos olvide,

tampoco tiene que extrañarnos que luego no se nos reconozca.»