Cicely Berry es la directora de la Royal Shakespeare Company y una autoridad mundial en el campo de la técnica vocal y la interpretación. Ha publicado varios libros al respecto y recientemente he terminado de leer uno de los más conocidos: «La voz y el actor». El libro data de 1973, pero hace pocos años que se puede conseguir en castellano, publicado por Alba Editorial. Para la adaptación a nuestra lengua han contado con Vicente Fuentes, actor e investigador, que fue alumno de Berry.
El libro está enfocado a actores de teatro, sin embargo, puede resultar de gran utilidad para locutores y actores de doblaje, o de cualquier otra rama, pues es en la educación y uso de la voz en lo que se centra.
Cicely Berry hace especial hincapíe en la parte técnica de la voz y el libro contiene gran cantidad de ejercicios prácticos. Así, nos enseña la mejor manera de dominar la respiración y presta constante atención al dominio físico de nuestro cuerpo durante la interpretación, de forma que no se genere tensión y podamos controlar nuestra herramienta vocal al 100% en todo momento.
Sin embargo, no deja de lado la parte emocional de la interpretación, pues según sus propias palabras, «la inflexión y la utilización del registro deben provenir siempre de una actitud concreta hacia el texto«.
Berry nos recuerda que como actor, «tienes que preparar la voz tanto como sea posible y ser diestro con ella tanto como puedas.» Creo que es una máxima fundamental que hoy en día se hace especialmente necesaria, pues parece un aspecto casi olvidado en ciertos sectores de la interpretación.
Algunos apartados del libro son especialmente útiles para quienes se estén formando como actores de doblaje (o ejerciendo, pues nunca se deja de aprender). Así por ejemplo, la autora desmitifica el uso de un registro continuamente centrado en los graves, afirmando que «trabajar la voz en un tono grave no debería excluir los tonos agudos, pues de hecho, los necesitas como contraste de los graves, y ciertamente no quitará peso al efecto de la voz.» Eso hará que nuestra interpretación sea más rica y se aleje de la monotonía.
Realiza otra interesante reflexión al afirmar que «El actor demasiado a menudo llega a conclusiones sobre cómo debería sonar o sobre qué debería presentar, antes de que haya descubierto lo que realmente está diciendo y lo que el texto puede llegar a decir.» Sin duda debemos comprender profundamente el texto, y las intenciones del actor original, en el caso del doblaje, antes de proceder a la ejecución.
Para Cicely Berry, la poesía es el mejor material con el que un actor puede trabajar, pues exige en cada ocasión algo muy particular y sutil. Para ello ofrece en el libro diferentes textos con los que practicar. En este punto es donde encuentro la mayor carencia de la versión española del libro. Apenas se han incluido un par de fragmentos literarios escritos originalmente en castellano, siendo la mayoría anglosajones y ofreciéndonos tanto el original, como las traducciones. Creo que habría sido de una enorme utilidad para el lector el incluir más piezas en castellano que ofrezcan experiencias similares a las propuestas por Berry, pues trabajar con la traducción de un poema le quita gran parte de su intensidad.
Como conclusión, creo que «La voz y el actor» es una obra que puede resultar de mucha utilidad para cualquier actor. En ella podemos encontrar gran cantidad de interesantes consejos, que podrían resumirse en el más importante de todos: «Debes confiar en tu propia voz, porque sólo entonces obtendrás lo mejor de ella.«
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