Dentro de pocos días tendrá lugar la ceremonia de entrega de los Goya, es decir, los Premios Anuales de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.
En estos galardones se tiene en cuenta a todos los apartados relacionados con la creación de cine en nuestro país. Bueno, casi todos. El doblaje nunca ha sido considerado en los Goya, a pesar de formar parte de las películas que se exhiben en los cines. Quizá pueda ser porque la mayoría de las películas que se doblan no son de producción española, pero también se premia a la Mejor Película Hispanoamericana y a la Mejor Película Europea. Por otro lado, sí se doblan películas españolas que son nomiadas a los Goya, como es el caso de Ágora o Planet 51 este mismo año.
Sabemos que muchos profesionales del cine están en contra del doblaje, pero también hay grandes directores que, como Álex de la Iglesia (presidente de la Academia) o Alejandro Amenábar, que han doblado sus películas, implicándose en el proceso de forma personal y asumiéndolo como parte de la creación del film. Y son muchos los actores que se dedican también al doblaje o participan en él de forma esporádica si les surge la ocasión.
¿Debería por tanto existir una categoría en los Goya para premiar al mejor actor y la mejor actriz de doblaje del año? Otra opción sería organizar un certamen propio donde se entregue premios solamente para el mundo del doblaje. En este último caso podrían establecerse diferentes categorías: mejor actor y actriz protagonistas, actor y actriz de reparto, director, ajuste, película, serie, mezcla, etc. A mediados de los 80 se entregaron en Barcelona durante varios años los «Atriles de Oro«, que premiaban a los profesionales del doblaje. Lamentablemente estos premios no tuvieron continuidad.
¿Estáis a favor de reconocer públicamente a los mejores del gremio del doblaje o creéis que quizá lo mejor sea que sigan pasando desapercibidos por el bien de la industria del cine o del doblaje en sí?
Precisamente porque el doblaje supone el arte de conceder al personaje una identidad «suya», la personalización de la voz iría en contra de esa identificación. Creo que el doblaje debe mantenerse como está: en la sombra. Paradójicamente, aunque sea una profesión no reconocida, su anonimato le confiere el mayor valor.
Saludos, JM
Respeto tu opinión, pero no estoy nada de acuerdo contigo Germán. Puedo pensar que un buen doblaje es aquel que, como tú dices, está en la sombra, aquel que pasa desapercibido por lo bien hecho que está, que dices «coño, qué bien ajustado está y qué bien refleja la expresividad del actor original», pero para que así sea tiene que haber buenos artistas detrás, y pienso que esa profesionalidad debe premiarse igual que la de los demás.
Hola, Alfonso: un razonamiento sobradamente coherente. Espero que no se entienda en mi comentario que la profesionalidad no debe ser reconocida. Antes bien, todos sabemos que todo éxito requiere de su motivación, sea la que esta sea. Mi reflexión no va sino en previsión del riesgo que supondría la «dualidad» -al poner cara de forma periódica (entiéndase premios anuales en galas televisivas)- que un espectador pudiera percibir al observar una interpretación en pantalla. De la misma forma que se intenta que un actor norteamericano tenga una misma voz en todas las películas (precisamente para mantener su individualidad), sacar a la luz «su otra cara» (la cara de su voz) puede provocar duplicidades.
Prémiense los trabajos bien hechos, para que estos se reconozcan. Pero yo intentaría evitar que la voz se personalice en una imagen.
Un saludo, Alfonso.
Un Goya para una profesión que perpetúa la ignorancia, que desvirtúa la obra original, que estropea las actuaciones y que no es más que una adaptación pésima?
No, gracias.
Hola Alberto,
Te agradezco que hayas leído el artículo y publicado un comentario. Me encanta que el blog sea un foro de debate de los tremas que trata. Sin embargo, no tolero las faltas de respeto, como las que muestras.
Si quieres opinar, te sugiero que replantees tu comentario en otros términos.
Gracias. Un saludo.
Alberto, debe ser duro ser esnob y progre. Lo que hay es que ser cateto para no reconocer lo buenos que son los doblajes.
Aparte, he entrado en este blog por casualidad, porque quería hacer un grupo en facebook para premiar a esos actores…Así que ya me he enterado de que aún no existe ese reconocimiento. Pues lo haré¡Va por los esnobs!
Hola de nuevo Germán. Sí, entiendo a lo que te refieres, se me asemeja por ejemplo a las adaptaciones cinematográficas de novelas, que a veces pierde ese punto de libertad imaginativa cuando el actor le pone cara a personajes emblemáticos o les resta personalidad una mala interpretación. De igual manera un actor debe tener personalidad única, y poner de manifiesto que «su» voz corresponde a otra persona no ayuda. Pero vaya, creo que con todo y con eso, debería reconocerse más su labor.
En cuanto al tal Alberto, tus palabras son las que te muestran como el mayor ignorante. Podrás estar a favor o en contra del doblaje, pero una profesión no perpetúa la ignorancia, sino el uso que se haga de ella. En mi opinión, el doblaje no pretende reinventar una obra sino hacerla llegar a más público, manteniendo su sentido y en ocasiones (en otras todo lo contrario) mejorando la actuación de algunos actores, y es fruto de lo que la gente quiere. Que tú quieres versiones originales? pues quéjate a las salas para que haya más proyecciones en VO, pero no es culpa del doblaje que es una consecuencia de lo que la gente demanda.
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