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El pasado miércoles 30 de junio fue aprobada en el Parlament Catalá la polémica Ley del Cine de Cataluña, por aplastante mayoría. Esta normativa, que entrará en vigor el 1 de enero de 2011, obliga a que el 50% de las películas proyectadas en cine estén dobladas o subtituladas en catalán. Igualmente, las copias en DVD deberán incluir este idioma.

Más allá de criterios lingüísticos o culturales, manifesté en su día mi oposición a esta propuesta por el mero hecho de que impone el doblaje, cuando éste debe ser una opción por parte de la industria y del público; en definitiva, del mercado.

Tras la aprobación, el sector de las distribuidoras de cine a elevado de nuevo duras quejas, en boca de Luis Hernández de Carlos, presidente de la federación de distribuidores, FEDICINE. Mantiene que la Ley perjudicará gravemente al sector, llevando al cierre de cines y a la pérdida de puestos de trabajo. Según ha afirmado, para mantener su oposición a la Ley y sin embargo cumplir con ella escrupulosamente, las grandes distribuidoras optarán por reducir drásticamente el número de películas estrenadas en Cataluña, y las que sí lleguen a las salas lo harán en versión original y sin subtítulos. Desde luego, esto más parece una amenaza que una decisión real, en cuyo caso las distribuidoras reducirían sus ingresos mucho más que doblando al catalán la totalidad de los films.

Tras esta “politización” del doblaje, las grandes compañías tratan de mantenerse firmes en su postura, pues no les interesa económicamente que leyes similares sean promulgadas en otras regiones como Galicia y Euskadi, cuyas lenguas son también oficiales del Estado.
A quien en principio podría beneficiar la aplicación de la Ley es al sector catalán del doblaje, que verá asegurado su flujo de trabajo y posiblemente estabilizadas y mejoradas sus condiciones laborales. Sin embargo, ¿es así como queremos trabajar? ¿En un mercado intervenido e impuesto?

Mientras tanto, la Unión Europea y la Organización Mundial de Comercio han comunicado a la Generalitat su inquietud por el contenido de la normativa, que podría ir en contra del principio del libre mercado, sin que haya habido respuesta por parte del Govern.
Seguiremos de cerca la evolución de esta Ley y su aplicación, pues sin duda tendrá consecuencias sobre el mundo de la cultura, el cine y el doblaje.

Fuentes: El País, ABC, El Periódico de Cataluña, La Vanguardia, Público, El Mundo.