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Constantino Romero Cuando tenía once años fui con mi padre al cine a ver El Rey León. Como todos los niños de mi generación, salí ablosutamente extasiado con aquella película. Poco tiempo después me fasciné cuando vi por primera vez la saga de Star Wars, la de Terminator o los Puentes de Madison, con la que se me caían las lágrimas con sólo catorce años. Entonces no lo sabía, o no le daba importancia, pero todas aquellas películas tenían en común la poderosa presencia de Constantino Romero.

Del concurso El Tiempo es Oro tengo vagos recuerdos, aunque años más tarde, siendo ya un adolescente, no me perdía ni una tarde Alta Tensión. Incluso llegué a elaborar mis propios paneles y enviárselos al programa. Gracias también a la divulgación de Constantino supe escuchar y valorar muchos «Clásicos Básicos».

Constantino Romero nos ha dejado demasiado pronto, con tan sólo 65 años, el 12 de mayo de 2013. Para mí y muchísima otra gente, la suya ha sido una de esas pérdidas que, aunque es difícil de explicar, duelen de verdad, aunque no se haya tenido el privilegio de conocer a la persona. Era alguien querido por un país entero y que ha formado parte de nuestras vidas a través de sus inolvidables trabajos en muchos ámbitos. Ha sido la voz de los iconos de varias generaciones, e incluso la de toda una nación en la inauguración de los JJ.OO. de Barcelona ’92.

En diciembre de 2012 anunciaba su jubilación en Twitter con palabras de cariño y agradecimiento:

Constantino Romero Twitter

Ya nunca podré cumplir el sueño de trabajar a su lado en un atril. Pero al menos pude hacerle llegar mi admiración y respeto, a lo que él contestó agredecido, añadiendo un «buena suerte, compañero», que me llenó de ilusión y orgullo.

Tino, como le llamaban quienes le conocieron, fue un hombre de radio, televisión, doblaje y teatro. Y brilló en todos esos ámbitos, porque poseía unas herramientas fabulosas y porque supo sacarles el máximo partido, gracias a su ilusión y sus inquietudes.

En el ámbito del doblaje, deja un legado imborrable. No sólo por la buena cantidad de títulos en los que participó, sino porque ha sido, sin duda, el actor que ha puesto voz a mayor número de personajes emblemáticos de la historia del cine.

Su voz, una herramienta absolutamente prodigiosa y manejada con extraordinaria precisión, nos ha permitido escuchar en nuestro idioma a Darth Vader, Harry Callahan, Terminator, Mufasa, Frollo, Roy Batty y tantos otros personajes inolvidables. Esas frases míticas resuenan en nuestra cabeza con su timbre. Forman parte desde hace mucho de nuestra cultura.

En este pequeño vídeo recojo algunos de esos momentos mágicos que nos brindó con su trabajo como actor de doblaje.

A los que formamos parte del mundo del doblaje, Constantino nos ha dejado una lección especial. Él ha sido la cara más pública de nuestra profesión; el nombre en el que todo el mundo pensaba de forma automática al hablar de doblaje. Y eso debe enseñarnos que sacar a la luz nuestro trabajo no lo desvirtúa, sino que muy al contrario, puede ayudar a hacerlo más valorado y reconocido.

Quiero también recopilar algunos documentos sobre Constantino que han circulado estos días:

Sweeney Todd, Poema de Leonard Cohen, Fragmentos Radio Barcelona 1968, Carta del Jefe Seattle, La Guerra de los Mundos (RNE, 1988), Entrevista Lo+Plus (2000), Entrevista TCM, Entrevista RNE (2009), Reportaje La Sexta3 «dobladores de cine», Reportaje: Voces del Alma (LoQueYoTeDiga), Entrevista Cinemanía. Otros vídeos recopilatorios sobre sus doblajes: «La voz de Constantino Romero«, «Actores de doblaje: Constantino Romero«, «Sus mejores momentos«. Noticas tras su fallecimiento: Cadena SERRTVE,  El País, El MundoABCLa Vanguardia, La Opinión A Coruña, Diario de Sevilla, Europa Press, La Sexta, Tele5, Radio Barcelona, Antena3.

Si hay una voz que recordaremos siempre, será sin duda la de Constantino Romero. Descanse en Paz.

Sayonara… maestro.

Gracias.